Blanqueamiento de Dientes: mitos
por Wildsmile
El blanqueo dental es un proceso que se encuentra en la cima de su existencia. Los nuevos avances lo acompañan para que cada vez resulte más rápido, eficaz y duradero, a la vez que menos molesto para el paciente.
Tener los dientes blancos se ha convertido en una de las prioridades estéticas de muchos de nosotros. Esto ha conllevado al surgimiento de mitos al respecto.
En el afán de poder practicar el procedimiento en casa y sin la presencia de químicos, han surgido recomendaciones y recetas caseras que, dada su difusión, se han convertido en mitos.
El problema con estas preparaciones caseras es que algunas de ellas revisten efectos secundarios que deberíamos evitar.
1 - Dentífricos blanqueadores
Su promesa es la de blanquear los dientes sin necesidad de pasar por un tratamiento blanqueador. Debido a que logran blanquear el diente en pocos usos, solemos creer que son efectivas. Sin embargo, estas pastas dentales no blanquean por efecto de agentes específicamente blanqueadores, sino por la acción de los abrasivos que la componen. En definitiva, quitan las manchas superficiales porque dañan el esmalte, lo que hace que hagan desaparecer la mancha junto con parte del esmalte. El efecto a largo plazo es devastador para las piezas dentales.
2 - Agua oxigenada
Han proliferado las recomendaciones de usar este agente en el blanqueamiento dental casero, pero nadie nos advierte acerca de sus peligros. En primer lugar, para que al agua oxigenada tenga un efecto blanqueador realmente efectivo, esta debe ser activada con luz led. De lo contrario, su efectividad es realmente escasa. Por otro lado, el uso prolongado del agua oxigenada tiene la facultad de resecar las encías, algo que derivará en hipersensibilidad dental.
3 - Frutas blanqueadoras
· Limón: se suele recomendar el limón y el bicarbonato de soda como un agente blanqueador. Si bien cumplen con el cometido, el limón es el clásico caso de peor el remedio que la enfermedad. El ácido de este cítrico tiene un afecto nocivo sobre el esmalte del diente. Podemos notarlo al pasar la lengua por las caras de nuestros dientes después de beber zumo de limón. Esta aspereza es la prueba de que ha sido abrasivo con nuestros dientes. Si adquirimos el hábito de utilizarlo, solo lograremos dañar severamente el esmalte dental. Por su parte, el bicarbonato de sodio es también un agente altamente abrasivo. Además de dañar el esmalte, produce recesión de encías y daños en las raíces dentales cuando se lo usa a largo plazo.
· Piel de plátano: no es efectiva para este propósito. Además de ello, contiene ácido salicílico, el cual desgasta el esmalte dental.
· Laurel y cáscara de naranja: blanquean los dientes, eso es innegable, peor rayan el esmalte, haciéndolo más débil y vulnerable a volver a pigmentarse.
· Fresas: frotar la superficie de los dientes con pulpa de fresas hace que todo su ácido cítrico tenga la oportunidad de dañar el esmalte de tus dientes.
Los remedios caseros que prometen excelentes resultados a cambio de un tratamiento inocuo, representan un alto precio que tus dientes y encías pagarán a largo plazo.
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